Al Otro Lado del Cristal [Juan Manuel Peñate Rodríguez]

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Título original: Al Otro lado del Cristal

Saga: Autoconclusivo

Autor: Juan Manuel Peñate Rodríguez

Editorial: Círculo Rojo

Fecha de publicación: octubre 2013

ISBN: 978-84-905-0542-7

Número de páginas: 486

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Sinopsis:

En "La pala" un ritual es llevado a cabo por los habitantes de un pueblo remoto, un secreto compartido que va saltando de uno a otro; el protagonista de "Dios Roco" se convierte en testigo involuntario o nexo de unión entre dos mundos destinados a no conocerse nunca; dos mujeres muy dispares tienen que hacerse a la idea de convivir bajo el mismo techo, la situación lo requiere, pues afuera, "Al otro lado del cristal"... Una lucha encarnizada por la supervivencia es desplegada a través de un macabro juego al que "El jugador pesimista", junto con otros, tendrá que hacer frente, algo que lo marcará de por vida; en "Tercera planta, por favor" acompañaremos a alguien cuya memoria hace mucho que lo abandonó en su descenso al siguiente infierno; una institución mental es siempre lugar de confesiones susurradas cuyas paredes encierran anécdotas misteriosas y leyendas urbanas que nadie creería, sin embargo, es la persona que habita "En la celda de colores" la que guarda la más inquietante de las historias; ¿hasta qué punto llegarían unos por impresionar a otros? En "Touchdown" alguien cruzará esa delgada línea, demostrando una vez más que la estupidez humana no conoce límites.
Estos siete relatos —tres de ellos novelas cortas— representan la ópera prima de su autor, un surtido de emociones y escalofríos que abarcan géneros tan diversos como el suspense, la fábula, la ciencia-ficción, el fantástico o el terror.

Mi Opinión:

En el libro nos encontramos con siete historias. Cuatro de ellas son relatos cortos: "La Pala", "Dios Roco", "Tercera planta, por favor" y "Touchdown". Las otras tres son novelas cortas: "Al otro lado del Cristal", "El jugador Pesimista" y "En la Celda de Colores".

Estas historias son muy variadas y nos presentan situaciones distintas pero tienen en común que en todas, tarde o temprano, aparece un gato, aunque simplemente sea nombrado, y que, en cada una de ellas, el autor nos muestra su fructífera imaginación.

Todas estas historias, incluso los relatos cortos, están divididas en capítulos, cuyo inicio está indicado simplemente por un número.

En casi todas las historias, lo que comienza como una escena rutinaria, que podemos reconocer como cotidiana, pega giros insospechados y retorcidos para desembocar en lo más inesperado. Además, el lenguaje del autor es muy limpio, muy cuidado, y se adapta perfectamente al tipo de personaje que está utilizando en cada momento.

El ritmo de lectura se me ha hecho muy ágil. Los relatos cortos se leen muy rápido y, en los largos, la intriga te hace seguir leyendo, te engancha y no puedes con el deseo de saber más. También ayuda la división en pequeños capítulos que he mencionado anteriormente y la abundancia de diálogos a lo largo del texto.

Los entornos en los que se desarrollan las historias son de los más variado, algunas puedo suponer que suceden en el presente pero otras, como “La Pala” o “Tercera planta, por favor”, son totalmente atemporales.

Ahora os voy a hablar un poquito de las novelas cortas porque, si os digo algo más de los relatos de lo que sale en la sinopsis, ya os desvelaría demasiado:

En “Al otro lado del cristal” nos vamos a encontrar a dos mujeres muy diferentes y un gato conviviendo en una casa de la que no pueden salir. Iremos atrás en el tiempo para saber que ha sucedido para que lleguen a esa situación y, después, volveremos al presente para ver como concluye la historia.

En “El jugador pesimista”, que, por cierto, ha sido mi historia favorita, un grupo de adolescentes perdidos y hastiados de la vida están celebrando uno de sus encuentros habituales entre drogas y alcohol. Peter, un miembro del grupo, que siempre presenta un aspecto abatido y no valora la vida, terminará jugando a un macabro juego donde tendrá que luchar para sobrevivir.

En “En la celda de colores” una limpiadora se incorpora a su nuevo trabajo en una institución mental. Allí todo es gris, nada destaca, salvo una habitación que encuentra llena de dibujos de colores,… ¿quién es el dueño de ese cuarto y por qué es tan diferente a los demás?

Todas las historias me han gustado mucho y eso me ha sorprendido porque es la primera vez que me pasa con un libro de este tipo y es que, el autor, ha conseguido sorprenderme en todas y cada una de ellas. Algunas incluso se me han hecho demasiado cortas y me gustaría saber más, que hubiera una continuación o algo, aunque el final ya de por sí, sea perfecto.

La verdad es que ha sido un libro con el que he disfrutado mucho y, para tener bastantes páginas, me lo he leído rapidísimo. He encontrado el estilo de escritura del autor tan de mi gusto, que estaba deseando comenzar con la siguiente historia para ver con que me sorprendía esa vez.

Una cosa que me ha parecido curiosa y no sé si es intencionada, ha sido la imagen de la portada del libro. El reflejo que aparece – realmente es del libro, esta vez no ha sido la fotógrafa mala que tenéis como administradora – da la sensación de que la chica presente heterocromía, uno de sus ojos parece azul mientras que el otro parece amarillo y, curiosamente, es algo que suelen presentar bastantes gatos, pero el gato que aparece, tiene los ojos del mismo color. Tal vez la heterocromía que causa el reflejo, es a la vez un reflejo de lo que vas a encontrar dentro: historias muy diferentes entre sí.

Como el libro me ha gustado mucho, sin duda os lo recomendaría. Además, el punto positivo que veo a los libros de historias cortas, es que si no te gusta una, es probable que otra si lo haga. También, que todas tienen final y puedes leerlas tranquilamente en ratitos libres, no es un libro que absorba mucho tiempo (aunque yo me lo haya leído del tirón).

Para más información puedes visitar:

- El blog del autor dedicado al libro.

Muchas gracias al autor por darme la oportunidad de leer su obra.