El precio de nuestros sueños

 Cuando iba a mudarme, quise donar a la biblioteca de mi ciudad la mayor parte de mi colección de libros, que no eran pocos, pero al final, no lo hice porque no me gustó la respuesta que recibí al ofrecerlos. Me dijeron que solo aceptaban novelas, que no tuvieran repetidas, que estuvieran en buenas condiciones y que hubiesen sido publicadas durante el último año. Que también podía llevarles el resto porque tenían un servicio de recogida y reciclaje de papel.

En aquel momento, me disgusté bastante y pensé que, para eso, prefería poner anuncios en sitios gratuitos y regalarlos. Pero ni siquiera eso funcionó porque la gente, o bien no quería ir a buscarlos, y eso que yo vivía en una ciudad bien comunicada, o no quería pagar los gastos de envío.

Ya no había recordado más esa sensación durante todo este tiempo hasta que, hace dos días, en una tienda de segunda mano, vi a una chica preguntar a la dependienta las instrucciones para vender libros. La dependienta muy amable le dio la dirección donde debía llevarlos y le comentó que pagaban 0.20€ por cada libro.

Y me vinieron a la memoria todos esos sentimientos de lo mucho que hemos trabajado todos nosotros para conseguir cada libro, ya sea comprado o conseguido a través de las editoriales, autores,... Lo que los hemos esperado. Todos esos sentimientos. Que, al final, se quedan en nada, en lo que los demás no valoran.

Esta ha sido mi experiencia. Puede que en vuestra biblioteca no suceda lo mismo, o que en la tienda de segunda mano de la esquina de vuestra calle paguen más, pero sinceramente, a mí estas situaciones me dejaron mal sabor de boca. Pobres libros. Pero lo que los disfrutamos, eso no nos lo puede quitar nadie.