¡Buenas mi gente!
La verdad es que tengo un montón de historias aterradoras del correo, así que me cuesta decidirme. Pienso que, dentro de lo que cabe, no he tenido tan mala suerte, y que me hayan pasado estas cosas no quiere decir que os vayan a pasar (cruzo los dedos).
Hace ya unos añitos, cuando comenzaba con el blog, me enviaron un libro a mi pseudónimo "MyuMyu Mint", con la mala suerte de que siempre estamos en casa, pero ese día o bien no estuvimos o bien el cartero nos dejó el papel directamente, porque tuve que ir a recogerlo a la oficina.
Delante de mí había un hombre que iba a recoger un paquete a nombre de su hija. Por entonces, ya te pedían el DNI (esto no ha sido siempre así, pero me parece bien hasta cierto punto) para reclamar los paquetes y el hombre iba simplemente con el papel, sin llevar siquiera firmada la autorización. La señora que lo atendió le dijo que se lo iba a dar, pero que era una excepción, porque era obligatorio presentar el DNI de la persona a la que iba dirigido el paquete y llevar firmada la autorización.
Bien, llego yo después con mi papel a nombre de MyuMyu Mint y me dice que en mi DNI no aparece ese nombre y que no puede darme el paquete porque no puede comprobar que soy yo. (¿Quién en su sano juicio se va a llamar así?). Le digo que mire que coincide la dirección y que es un pseudónimo, que no puedo hacer nada si la persona que me lo ha enviado lo ha hecho a ese nombre y no a mi nombre real. Ella se niega a entregarme el libro y yo reacciono apelando a su decisión anterior; la de darle al hombre el paquete que no iba a su nombre sin ni siquiera pedirle el DNI para ver si realmente era el padre de la persona que figuraba como destinataria.
En ese momento, la señora - por llamarla de alguna manera, porque os aseguro que puso la cara del mismo diablo - se levantó y señalándome la puerta con el dedo empezó a gritarme: "¡Fuera! ¡Fuera! ¡Fuera!". Todo el mundo se giró hacía nosotras. De cuatro personas que estaban atendiendo, debió tocarme la que estaba endiablada porque nunca había visto a nadie comportarse de esa manera. Me puse nerviosa y realmente salí fuera, no se me ocurrió montar una escena comentando lo que había hecho con el hombre, ni pedir la hoja de reclamaciones, ni nada,... me quedé bloqueada porque en la vida había visto a alguien actuar así. Ahora conozco la razón de su actitud y es que, se había saltado las normas, yo lo sabía y al echárselo en cara, se asustó y reaccionó con rechazo. Al pensarlo en frío lo más razonable hubiera sido poner una reclamación explicando todo lo sucedido desde el principio, aunque tuviera que quedarme sin libro.
Pero no me quedé sin libro, tuve la tremenda suerte de que mi cartero presenció la escena (como todo alma viviente que estuviera hasta en el último rincón de esa oficina), me sacó el paquete por detrás y me lo dio sin tener que firmar nada.
De esto aprendí que las normas están hechas igual para todos, no por ser joven soy menos que aquel señor. Si se mide a la gente con doble rasero, lo que estás arriesgando es tu reputación y puede que incluso tu puesto. Desde aquel día, esa señora me tiene grabada a fuego y, cuando voy a la oficina, me evita, pero yo también prefiero dejar pasar a otro cliente delante antes de que me atienda ella.
Espero que nunca tengáis una experiencia como esta porque, aunque me han liado unas buenas en esa oficina, en la vida me había sentido tan vulnerable.
¿Os ha pasado alguna vez algo así aunque no fuera en el contexto de una oficina del correo? ¿Cómo pensáis que hubierais reaccionado? ¿Alguna vez os han entregado en la oficina un paquete a vuestro pseudónimo sin poneros ninguna pega?
¡Cómo se puso! Pues nunca he tenido una situación así.. Hasta hace poco tuve que pedir al ayuntamiento un papel para mi tía y fueron amables, porque me dijeron que solo podía darle el papel a los hijos o familiares directos. Pero al explicarle la situación de que ellos no tenían hijos ni ningún otro familiar más directo, me dieron el papel sin problemas. Nunca me he visto en una situación tan desagradable. Y desde luego demostró ser muy poco educada.
ResponderEliminarBesotes!!!
Jajajaja no me ha pasado jamás eso pero si me pasa saco el móvil y tengo un vídeo de posesión en youtube xDDD La pena es que te fueras porque tenía las de perder si le pones una reclamación o llamas a su superior.
ResponderEliminarQué fuerte!! Por triste que suene así es, según quien seas las normas son estrictas o flexibles. Suerte que estaba allí tu cartero. De todas formas, qué incómodo verle la cara cada vez que tienes que ir allí por algo.
ResponderEliminarUn beso ;)
¡Hola guapa! Vaya historia y vaya mujer más estúpida, la verdad es que por mi experiencia la gente que tiene un puesto de estos que son para toda la vida, en algunas ocasiones, se creen los reyes del mundo y no se les puede ni toser, por suerte no me ha pasado nada parecido pero es curioso como nos tratan a los jóvenes en comparación de la gente más mayor. En los envíos de una empresa de transportes han cambiado al hombre que me traía los paquetes y el primer día fue muy amable por el telefonillo "Señora Almudena Díaz tiene un paquete", cuando salí me preguntó "¿Tú eres Almudena?", como diciendo que eso no podía ser yo me quedé a cuadros, desde entonces cada vez que viene simplemente dice "paquete", no merecemos el mismo trato seamos jóvenes o mayores???
ResponderEliminarBesos =)